V I . BIBLIOTECAS
21.
La economía y las ciencias sociales en las bibliotecas de Harvard
José Luis Ramos Gorostiza
EL SISTEMA BIBLIOTECARIO de Harvard es
el más grande del mundo en el ámbito académico,
con más de catorce millones de libros.
Las colecciones están repartidas por
más de noventa bibliotecas ubicadas fundamentalmente
en Cambridge y Boston
(Massachussets), pero también en otros lugares
(una lista completa de las bibliotecas
de Harvard puede encontrarse en http:
//lib.harvard.edu/libraries, con vínculos a
sus páginas web y a información diversa).
Dentro de este fabuloso reino de libros,
la economía y las ciencias sociales tienen
una presencia importante. En primer lugar
está, por derecho propio, la Widener,
nombre abreviado de la Harry Elkins Widener
Memorial Library. Esta biblioteca, situada
en el centro del viejo Harvard Yard,
es la mayor de Harvard y la tercera mayor
del mundo, con cinco millones de volúmenes.
Fue construida gracias a una donación
de Eleanor Elkins Widener, que perdió
a su hijo Harry –entusiasta bibliófilo de la
promoción de 1907– en el naufragio del
Titanic. Eleanor quiso así satisfacer el deseo
de Harry, que ya había manifestado su intención
de legar a la Universidad su propia
colección cuando muriese. La biblioteca
se abrió en 1915 con 650.000
volúmenes que fueron creciendo con rapidez,
hasta el punto de que para la década
de 1930 la capacidad de almacenaje de las
estanterías de la Widener ya se había visto
colmada. Por ello, hubo que empezar un
proceso de descentralización de colecciones
en nuevas bibliotecas especializadas.
Dentro de la Widener, los fondos de economía
y ciencias sociales se encuentran
hoy mayoritariamente en lo que se conoce
como la Pusey, que en realidad es una
biblioteca subterránea creada en la primera
mitad de la década de 1970 y conectada
al edificio principal de la Widener por
un túnel interior.Aunque a lo largo del siglo
XX la Widener ha ido incorporando
sucesivas mejoras técnicas, el mayor cambio
desde su apertura lo vivió entre 1999 y
2004, cuando se llevó a cabo una profunda
remodelación con objeto asegurar la preservación
de las colecciones, mejorar su seguridad
y ampliar el espacio y el confort de
los usuarios.
En segundo lugar, destaca muy especialmente
la Littauer Library, que abrió sus
puertas en 1939 gracias a una donación
realizada por Lucius N. Littauer en 1936
con objeto dar apoyo bibliográfico a la
Escuela de Administración Pública (hoy
John F. Kennedy School of Government, con biblioteca
propia y ubicada en un nuevo edificio).
La Littauer sirve actualmente a los
departamentos de Economía y de Gobierno.
Además de sus extensos fondos sobre
economía y ciencia política, tiene colecciones
especiales sobre relaciones laborales e
industriales y ciencias ambientales, así como
archivos electrónicos de datos numéricos
y archivos relativos a política pública.
En tercer lugar, está la Baker Library,
que es la gran biblioteca de la Escuela de
Negocios, en la que, junto a los textos actuales,
tienen un particular peso las colecciones
históricas relacionadas con el mundo
empresarial desde el siglo XIX.
En cuarto lugar, hay que hacer referencia
a la H.C. Fung Library. Ésta es una
biblioteca muy reciente, creada en 2005 a
partir de los fondos de otras anteriores.
Está dedicada a política internacional, relaciones
exteriores, economía, historia y
ciencia política, y contiene extensas colecciones
específicas sobre Rusia, Eurasia y
Lejano Oriente. Muy probablemente, el
dinamismo socioeconómico de China y
otros países asiáticos, junto a la transformación
que se vive en los países del antiguo
bloque soviético, hayan sido razones
de peso a la hora de decidir la creación de
esta biblioteca. Sin embargo, hay un centro
bibliográfico aún más especializado en
relación con Asia.
Se trata, en efecto –en sexto lugar–, de
la Harvard-Yenching Library (inicialmente
Biblioteca Chino-Japonesa de Harvard),
que es la colección académica de investigación
más importante sobre el Lejano
Oriente del mundo occidental. Se empezó
a crear en 1928 con volúmenes en chino y
japonés que se habían ido recopilando desde
1879, cuando el chino comenzó a impartirse
por primera vez en Harvard. Durante
esta etapa inicial, los fondos se centraron
básicamente en las humanidades.
Sin embargo, poco a poco, el ámbito de
actuación se fue haciendo más amplio. Por
un lado, con nuevas colecciones sobre el Tíbet,
Mongolia, Corea (inauguradas en 1951)
y Vietnam (1973). Por otro, con una creciente
atención hacia las ciencias sociales tras
la Segunda Guerra Mundial, que se aceleró
notablemente en la década de los años sesenta,
hasta convertirse en dominante.
Otras muchas bibliotecas revisten interés
en el ámbito de las ciencias sociales
por diferentes motivos. La Lamont, por ejemplo,
abierta en enero de 1949, está dirigida
especialmente por su concepción a los
estudiantes de licenciatura, intentando facilitar
un acceso rápido a los ejemplares
de uso frecuente y ofrecer un ambiente lo
más propicio posible para el estudio. La
base de sus fondos son las humanidades y
las ciencias sociales, y absorbió recientemente
a la Hilles Library, que también se
centraba en dichas materias. Por su parte,
la Houghton Library es una biblioteca de libros
raros y manuscritos cuya creación
"independiente" se propuso en 1938. Sus
colecciones se centran en el estudio de la
civilización occidental, y por tanto no se
trata de una biblioteca específica de ciencias
sociales. Con todo, tiene un especial
interés para los historiadores de las ideas
en este ámbito. Algo similar sucede con la
Tozzer (creada bajo otro nombre en 1866),
que si bien está dedicada específicamente
a la antropología –con una dotación de
fondos que está entre las más amplias del
mundo en la materia–, también tiene un
notable interés para los científicos sociales
desde una perspectiva general. A todas estas
bibliotecas habría que sumar aún las
de centros especializados, como por ejemplo,
la del Center for European Studies, la de
la ya citada Kennedy School of Government, o
la del Departamento de Sociología y Relaciones
Sociales.